viernes, febrero 22, 2008

Te llevo, niña


Te llevo, niña,
arropada de ensueños entre mis huecos

Te llevo donde mis ojos acarician un tajo de luz
en eclipses de lunas escondidas
madrugadas mojadas de rocío
perpetuando el último suspiro del rostro
que fue.


Un sol acaricia las piedras
donde fui ave
relicario de nidos cuando la oración
se pone de hinojos junto al río calmo.


Entonces, retorno,
mirando los pájaros que baten nuestros nombres
cuando el sol es verano
en horizontes del pasado.

Myrtha Milella
Corrientes, 2008

Piedra de mi niñez


Fui ave posada en tu chatura
con alas pintadas de pedruscos

escucho duendes que rasgaron la magia
de soles que se esconden cuando muere el día

siento en mí, señales de angustias
presagios de infancia
cuando el rio bordaba puntillas en orillas de arena

quise abrigarte en madrugadas
ante el embate tempestuoso del escollo
inútil fué el intento

partida, mirando el cielo de luna abrillantada
una gota de agua muerde el tiempo
piso tu canto de hondos resquicios
esperando desvestirrme en tu hendidura
muriendo en ella cubierta de río
que triste me sirva de mortaja


desde el banco de arena una gaviota vuela


Myrtha Milella
Corrientes, 2008